Por Manuel Figueroa Véliz
CNP 26.540
Las Palmatecas y las discotecas tuvieron su época de esplendor. De las discotecas más famosas de Cumaná recordamos La Jungla; que antes se llamó Pop 70, en la avenida Andrés Eloy Blanco, al lado del vivero. Casa Blanca; al lado del Bowling Cumaná, Lechansonier, Zuca Bar, Pecado, Acuario en la Av. Universidad, Scalera; arriba de los toldos amarillos…la lista es larga.
La fiebre del Sound Cars es relativamente nueva en Cumaná. Conocidos son: la Bestia, Depredador, La Cachorra, La Sinvergüenza, entre otros. Estos autos con sonidos de altos decibeles surgieron para uso particular; pero su popularidad se incrementó con la llegada de los bodegones, cuyos dueños contratan estos aparatos ambulantes para animar el ambiente de sus negocios.
En la actualidad, no hay sector popular donde los jueves, viernes y sábado no se prenda la rumba, atormentando los delicados oídos de los residentes y burlando toda normativa legal u ordenanza municipal en materia de contaminación sónica.
En visita realizada el día sábado 29 de julio a El Cumanagoto, una señora mayor, que nos reconoció, me dijo: «Mijo, a dónde vamos a parar. Aquí en El Cumanagoto está un establecimiento que pone un sonido tres veces por semana. El sector donde está ese local se vuelve un infierno, para su dueño no hay ley que valga y para colmo éste es un alto funcionario público”.
Palabras parecidas había escuchado de una vecina, cuya casa está en la esquina de una de las entradas de El Chaco, vía hacia la Sanders en Boca de Sabana. Ella nos decía: “todos los fines de semana tengo que irme a dormir en la casa de alguna amiga, porque el ruido de la música que colocan en el establecimiento que está al lado de mi casa me va a volver loca. Han denunciado a ese tipo en varias ocasiones, pero como que está muy bien apoyao”.
Señor Gobernador, señor Alcalde, representantes de los cuerpos policiales, hagan ejercer la ley, hagan ejercer su autoridad. Ya basta de guachafitas ruidosas que acaban con la paz ciudadana. De los policías y guardias que acuden a estos lugares no diré nada, no me consta lo que de ellos se dice. ¡CAIGA QUIEN CAIGA!.