El objetivo principal de los bombardeos de las Fuerzas Armadas de Ucrania en torno a la central nuclear de Zaporozhie sería la creación de una zona de exclusión de hasta 30 km y acusar a Rusia de terrorismo nuclear, denunció el Ministerio de Defensa ruso.
«La parte ucraniana, junto con sus patrocinadores de Estados Unidos, está tratando de jugar la carta, causando, en su opinión, un accidente menor en la planta nuclear y, por lo tanto, interrumpir el funcionamiento normal y seguro de la central nuclear, culpando a Rusia de ello», afirmó el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kiríllov.
Los datos preliminares del ministerio revelan que los militares ucranianos planean orquestar una nueva provocación durante la visita del secretario general de la ONU, António Guterres, a Odesa del 17 al 19 de agosto para influir en la comunidad internacional y conseguir decisiones beneficiosas para Kiev.
Según advierten los expertos de la cartera rusa, en caso de producirse un accidente en la central nuclear de Zaporozhie, las sustancias radiactivas llegarían hasta Polonia, Alemania, Eslovaquia, Rumania y Moldavia.
Asimismo, la emergencia causaría una migración masiva de población y agravaría aun más la crisis energética en Europa.
El ministerio ruso enfatiza el riesgo de que se produzca una catástrofe tecnológica global, que en términos de contaminación radiactiva sería similar a la de los desastres de las centrales de Chernóbil y Fukushima.
Como resultado del accidente en Chernóbil, el territorio de más de 20 países europeos fue contaminado por isótopos radiactivos. Alrededor de 4.000 personas murieron a causa de la exposición directa a la radiación, se registraron decenas de miles de casos de deformidades genéticas en recién nacidos y cientos de miles de enfermedades oncológicas.
En el caso de Fukushima, hasta 500.000 personas fueron evacuadas por la fuerza y los efectos del vertido de agua radiactiva en el océano se sentirán durante décadas.
«Parece que el mundo lo ha olvidado», lamentó el Ministerio de Defensa ruso. Desde el pasado 18 de julio, la central nuclear de Zaporozhie es objeto de bombardeos sistemáticos por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El jefe de la administración de la región ucraniana de Zaporizhie, Yevgeny Balitsky, dijo este jueves en el canal de televisión Rossiya-24 que los bombardeos de los nacionalistas ucranianos contra la ciudad de Energodar, donde se encuentra la central nuclear, no cesan, y que las autoridades de la región ven una amenaza de daños en los sistemas de enfriamiento de los reactores de la planta.
«El sistema de enfriamiento es el tipo de sistema que garantiza que la planta nuclear funcione de manera confiable. Así, en ausencia de enfriamiento, incluso por un pequeño período de tiempo, lo que sucedió en Chernóbil podría repetirse», advirtió.
Además, afirmó que los europeos deberían saber a quién suministran unas armas que luego son usadas para disparan contra instalaciones atómicas, lo cual representa un peligro no solo para Ucrania y Rusia, sino para todo el mundo. Balitsky agregó que se está llevando a cabo un trabajo sistémico para capturar a posibles saboteadores.
La parte rusa ha ofrecido proporcionar al Organismo Internacional de Energía Atómica imágenes que confirman su no participación en los ataques.
En caso de continuar el desarrollo negativo de la situación, la planta podría detener su funcionamiento por completo.
El politólogo Eduardo Luque Guerrero opina que los riesgos de los incesantes ataques ucranianos contra la central nuclear de Zaporozhie son evidentemente altísimos, ya que el régimen de Kiev está perdiendo en el conflicto con Rusia y está tan desesperado que está dispuesto incluso a provocar una catástrofe nuclear en la zona.