En la primera entrega sobre esta materia se proponía la necesidad de abrir un debate a nivel nacional entre quienes nacimos o estamos vinculados de alguna manera con la península de Paria.
Quien nace en un territorio con profundo sentimiento de arraigo sobre el mismo, puede sentir o proponer proyectos creíbles y necesarios para esa tierra.
Es difícil para mí emitir opiniones sobre el Alto Apure, la selva amazónica, a pesar de sentir como míos esos territorios por integrar nuestra geografía nacional.
¡Pero en el caso de la península de Paria… sí! Nací allí en Carenero o Puerto de Hierro, localidad cercana a Macuro, isla de Patos, Chachachacare, Trinidad-Tobago.
Mi niñez, adolescencia, comienzo de la vida adulta, mis primeros emprendimientos artísticos, culturales, socio políticos, transcurrieron en comunidades ribereñas del golfo de Paria.
Igualmente he vivido en la ciudad de Carúpano y mis últimos 30 años de vida los he dedicado a la primogénita Cumaná con residencia permanente en élla.
Nuestra madre compraba ropas, alimentos, calzados, medicinas, provenientes de la isla de Trinidad; ahora -lamentablemente- el intercambio comercial es con estupefacientes y seres humanos.
La península de Paria es un territorio abandonado, con alta inseguridad, delincuencia; con su carretera principal semejante a una trocha; sin vías agrícolas. El Puerto Pesquero de Güiria destruído, principal impulsor de la economía.
No es nuestra intención separarnos de Venezuela ni constituir una nueva república, como podrán pensar mentes mal intencionadas…solo aspiramos mayor autonomía política, que nuestro destino no se decida a nivel central, sino, tener mayor libertad para construir nuestra economía.
Consideramos prudente la creación de un nuevo estado el cual debe llamarse Paria y su capital Güiria, por razones estratégicas de geopolítica.
Convocamos los «ciudadanos parianos»a considerar tal situación.
Cristian Silva Potellá.