La sede europea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, escenario hace nueve años de la última gira internacional que dio el maestro José Antonio Abreu, acogió este miércoles un emotivo concierto de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, una de las orquestas del mundialmente premiado Sistema que creó el músico trujillano.
Los 170 niños de la orquesta, que han dado en la ciudad suiza sus dos primeros conciertos en el extranjero, interpretaron en la Sala de los Derechos Humanos, una de las más imponentes de la ONU y decorada por el artista español Miquel Barceló, obras de Chaikovski, Strauss y hasta un madrigal del propio Abreu.
«Ha sido una experiencia maravillosa en una semana increíble, nos han recibido muy bien», destacó a la agencia de noticias EFE el director de la sinfónica y sobrino del maestro Abreu, Andrés David Ascanio, uno de tantos venezolanos que desde niño se formó musicalmente gracias a un sistema con 442 sucursales en todo el país.
«La última gira que tuvo antes de regresar a Caracas y de que lamentablemente comenzara su enfermedad, en 2014, fue justamente aquí, y es muy significativo para nosotros volver a este lugar y tocar no sólo por él sino por todo nuestro país para todo el mundo», afirmó Ascanio.
Aperitivo en el Victoria Hall
La gira por Ginebra comenzó ya el pasado fin de semana con un recital en el Victoria Hall, un hermoso teatro decimonónico en la ciudad centroeuropea por el que han pasado grandes maestros de los dos últimos siglos y donde los componentes de la orquesta, de entre nueve y 15 años, fueron también calurosamente aplaudidos.
Dos de ellos, Reggie Ortiz y Marianne Varela, ambos de 14 años, relataron a la agencia de noticias EFE sus impresiones tras su primer viaje fuera de Venezuela, que esperan se amplíe a finales de este año con otra gira por escenarios de distintas localidades europeas.
«Es una experiencia que nunca voy a olvidar», aseguró Ortiz, violinista que se declara gran fan de Chaikovski (un compositor muy ligado a los repertorios del Sistema) pero también de clásicos como Saint Saens, Brahms o Mozart.
Varela, enamorada de la viola desde que a los seis años fue a un concierto de una prima, refleja los sentimientos de agradecimiento hacia el Sistema y también de sacrificio que abrigan muchos de los niños y niñas que han pasado por él.
«Es una familia bondadosa que te lo da todo gratis, que te entrega prácticamente regalado un instrumento», comenta la joven, quien a cambio ofrece una promesa inquebrantable de darlo todo por la música: «Hay que ser muy perseverante y constante, si estás un día sin tocar y te descuidas vas a perder nivel rápido», aseguró.
Recuerdo al maestro
Los conciertos en Ginebra forman parte de los actos de homenaje a Abreu (1939-2018) en el quinto aniversario de su fallecimiento, recordando dentro y fuera de Venezuela, el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (conocido abreviadamente como «el Sistema»), fundado por el maestro en 1975.
En 48 años niños y adolescentes de toda Venezuela han pasado por sus centros de formación en música clásica, una labor que fue reconocida con el Príncipe de Asturias de las Artes y el Premio Internacional de la Música de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
«Estamos en un momento de expansión y con el objetivo de formar a dos millones de niños y niñas, como parte de la tarea que nos dejó el maestro Abreu», subrayó Ascanio, quien también recordó que más de 70 países han adaptado el sistema venezolano con programas educativos inspirados en él.
«Nos han ayudado organismos multilaterales como el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) o el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)», recordó el sobrino del maestro Abreu.
Un amplio vínculo con la ONU
La relación del Sistema con Naciones Unidas tiene larga data: sus orquestas no sólo han actuado como esta vez en la principal oficina europea del organismo en Ginebra, sino también en su sede principal de Nueva York, o en otras que la ONU tiene en París o Viena.
Al hilo de la actuación este miércoles en la Sala de los Derechos Humanos, Ascanio recordó palabras de su tío: «Él decía a menudo que a la Declaración de los Derechos Humanos quizá le faltaba añadir el derecho a la educación en el arte, en la música».
El Sistema logró en 2021 el récord Guinness a la orquesta más grande del mundo, tras reunir a 12.000 músicos para interpretar la Marcha Eslava de Chaikovski, y entre sus pupilos más célebres cuenta con Gustavo Dudamel, ganador de varios grammys y director de las filarmónicas de Nueva York y Los Ángeles o de la Ópera de París.