rán ha arrestado a más de 100 personas por su presunta responsabilidad en los envenenamientos de miles de niñas en centros educativos femeninos, ataques que la nación persa ha atribuido a «enemigos» del país, según trascendió este sábado 11 de marzo.
«Más de cien personas fueron descubiertas y arrestadas por su responsabilidad en los recientes incidentes en los colegios”, indicó a última hora del sábado el Ministerio de Interior en un comunicado.
La entidad afirmó que algunas de las personas detenidas «tenían motivos hostiles con el objetivo de crear el miedo entre la población y las estudiantes, y el cierre de los colegios” para crear escepticismo hacia el sistema islámico.
Las autoridades dijeron que investigan la conexión de los ataques con un supuesto gas con el grupo opositor Mujahedden e Khalq, conocido como MEK.
Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior aseguró que «algunos de estos casos” fueron «travesuras” provocadas con bombas fétidas por personas que querían cerrar las clases influenciadas por la «atmósfera psicológica”.
La oleada de envenenamientos comenzó a finales de noviembre de 2022 en la ciudad santa de Qom, se multiplicó en la semana pasada y en los últimos días no se han registrado nuevos casos.
Hasta ahora, han resultado envenenadas alrededor de 5.000 alumnas de 230 centros educativos en 25 de las provincias iraníes, según los datos proporcionados por el parlamentario Mohammad-Hassan Asafari, miembro de una comisión que investiga las intoxicaciones.
Las alumnas han sufrido síntomas como irritación de la garganta, dolores de cabeza, dificultades para respirar, debilidad, arritmias o la imposibilidad de mover las extremidades tras inhalar un supuesto gas.
Los envenenamientos están alimentando el descontento popular, en especial entre las familias, ante la ineficacia de las autoridades a la hora de atajar unos ataques que parecen destinados a paralizar la educación de las niñas.
El Ministerio de Sanidad y el de Interior concluyeron que la mayoría de los casos de envenenamiento se debió a la «ansiedad» y culpó a «una sustancia irritante» de una pequeña parte de síntomas «reales» que mostraron «algunas» alumnas.
«Menos del 10 % de los casos presentaban síntomas reales y la mayoría está relacionado con la ansiedad», declaró el viceministro de Sanidad iraní, Saeed Karimi.
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, calificó de «crimen imperdonable» estos ataques y afirmó que «si se prueba que son deliberados» los culpables deben «recibir el castigo máximo», que en el país es la pena de muerte. Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, ha atribuido los envenenamientos a «enemigos» de la nación.
En Irán, no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunas familias vinculan los envenenamientos con las protestas con marcado tono feminista de los últimos meses, que se habían calmado tras una fuerte represión estatal.
Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron «mujer, vida, libertad» e hicieron gestos de desprecio a retratos de Jameneí y del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeiní.