El lunes 25 de octubre docentes, estudiantes y trabajadores de la educación de Fe y Alegría Venezuela se reencontraron con las clases presenciales.
Ese día abrieron las puertas de las escuelas y los niños, niñas, adolecentes comenzaron a llegar junto a sus padres o representantes. En los portones les aplicaban gel antibacterial y verificaban el uso correcto de la mascarilla.
Transcurrieron 19 meses desde aquel marzo del 2020, cuando cerraron las escuelas debido a la pandemia.
El Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría realizó una campaña fuerte para un regreso a clases bioseguro, especialmente con los padres, quienes estaban renuentes a llevar a sus hijos a la escuela.
La directora nacional del Programa Escuelas de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, informó que la institución ejecutó un plan para garantizar un «retorno progresivo» de los alumnos a las aulas de clase.
La profesora Aguilar informó que el regreso a la escuela se llevó a cabo en tres fases: La primera semana, del 4 al 8 de octubre, fue de “motivación y bienvenida”, con lo que se permitió a los alumnos poder reencontrarse y adecuarse al ambiente escolar.
La semana siguiente fue de “adecuación”, en la que los profesores y maestros evaluaron lo que los muchachos aprendieron durante más de año y medio en pandemia y una tercera etapa “el retorno a clases presenciales”.
Fe y Alegría estuvo activada desde el 13 de septiembre en los 177 centros educativos con el propósito de generar condiciones de bioseguridad para ofrecer protección tanto a estudiantes como docentes.
El personal realizó evaluaciones de la infraestructura de las escuelas para verificar las condiciones los servicios de electricidad, baños, agua y salones de clases.
De los diferentes centros educativos se recibieron fotos y testimonios sobre la experiencia del rencuentro con la educación presencial.
La directora del programa Escuelas de Fe y Alegría reconoció que existen “condiciones que no son las más favorables para el retorno”, como, por ejemplo, la falta de agua en las escuelas y solicitó al Estado venezolano garantizar este servicio que es fundamental para el lavado de las manos y también para la hidratación de los niños, niñas, adolescentes y el personal que labora en los centros educativos.
En Fe y Alegría se acordó la creación de Comités de bioseguridad por parte de las comunidades para vigilar cualquier eventualidad respecto a la covid-19 y activar los protocolos correspondientes si detectan un síntoma.
La profesora Noelbis informó que los padres y representantes acordaron dar incentivos a los docentes para mitigar la situación con sus ingresos, los cuales se verán materializadas en bolsas de comida o dinero en metálico. Se requiere la solidaridad y compromiso de la sociedad para garantizar la sostenibilidad de la educación en Venezuela.
“Lo importante es que el representante se acerque a la escuela, reciba las orientaciones de manera presencial o a distancia si cuenta con la posibilidad, para así acompañar a su hijo y comenzar el año escolar”, señaló Aguilar.