Según revelan los documentos secretos estadounidenses recientemente filtrados a la Red, Washington estuvo espiando al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Los documentos, que son parte del conjunto filtrado que se hizo público la semana pasada, contienen descripciones de comunicaciones privadas de Guterres y su adjunta, centrándose en las opiniones del secretario general sobre el conflicto ucraniano y sobre varios lideres africanos, entre otros temas.
En uno de los documentos difundidos por la BBC se estima que Guterres estaba demasiado dispuesto a complacer los intereses de Rusia en su afán de preservar el acuerdo sobre el transporte de grano de los puertos del mar Negro cuando el convenio, mediado por Turquía y la ONU, corría el riesgo de romperse.
El texto señala los esfuerzos del alto funcionario por facilitar las exportaciones rusas, incluso si estas involucraban a entidades e individuos sancionados por Occidente.
Las acciones de Guterres, se sostiene en uno de los documentos, socavaron los esfuerzos por hacer rendir cuentas a Moscú por el conflicto en Ucrania.
El medio cita a un funcionario de la ONU que defiende los intentos de la organización por reducir el impacto del conflicto sobre el suministro global de alimentos, particularmente en los países pobres.
Moscú declaró reiteradamente que el acuerdo del grano no funciona, porque Occidente sabotea las condiciones estipuladas por Moscú. Según Rusia, el acuerdo solo desbloqueó efectivamente las exportaciones comerciales de cereales desde Ucrania, con lo que los alimentos no fluyen hacia los países necesitados de África y Asia, sino hacia Europa, mientras que las exportaciones rusas de fertilizantes y grano siguen siendo paralizadas por Occidente.
Mientras que otro documento filtrado describe cómo Guterres expresó a su adjunta su «consternación» por el llamado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a que Europa produzca más armas y municiones como reacción al conflicto ucraniano.