El gobierno extendió por un año más la aplicación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF). El pasado 23 de febrero se publicó en Gaceta Oficial el decreto N° 4.783, que precisa las exoneraciones establecidas desde el año pasado.
Para el economista Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), este impuesto no debería existir si se pretende un proceso de recuperación económica serio. “Yo eliminaría el IGTF, o lo disminuiría a al menos 0,20% sobre las transacciones”, dijo.
Explicó que “se vende la idea de que pagar algo con dólares en efectivo expresa un poder de compra con capacidad tributaria y por lo tanto amerita un impuesto, lo cual es abusivo”.
El IGTF interviene en toda la cadena comercial de cualquier producto o servicio, siempre que las transacciones involucren compra de mercancía o materia prima en divisas.
El traslado de productos importados entre municipios y ciudades del país también se encarece. Es por eso que el impuesto es acumulativo y al final hace aumentar el precio de productos y servicios.
“El impuesto parte del absurdo de que aquel que compra medio kilo de queso con un billete de cinco dólares es una persona pudiente y con capacidad tributaria para cancelar impuestos, y eso es un error”, señaló Sutherland.