Un reflejo, una ilusión
o la dulce alegoría
del mundo de fantasía
que habita en mi corazón.
Desafiando a la razón
se dibuja, sin querer,
un presagio…un “puede ser”
un “mañana” de alegría;
un “quién sabe”, un “Algún día”
O la cálida esperanza
cuyo aroma de templanza
abraza todo mi ser.
Todo puede suceder,
si en la taza, sin razón,
se dibuja como augurio
la forma de un corazón.
Mariela Marianetti