A medida que nos acercamos al plazo límite para la expiración del alivio temporal de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela, el país se enfrenta a una situación de gran incertidumbre. La posible no renovación de las licencias, particularmente aquellas relacionadas con el sector petrolero y gasífero, el próximo 18 de abril, tendría graves consecuencias sobre la economía y las condiciones de vida de la población.
Una posibilidad extrema es que Estados Unidos regrese a una política de “máxima presión” y no prorrogue ninguna de las licencias. Esta medida representaría un obstáculo para las elecciones, porque restringiría fuertemente la competitividad del sector gubernamental y acarrearía nuevas medidas restrictivas para el sector radical de la oposición que ha sido partidario de las sanciones.
Por otro lado, la administración Biden podría escoger un camino más pragmático y renovar las licencias, lo que facilitaría el desarrollo del proceso electoral sin contratiempos adicionales. Además, esto permitiría la continuación del “diálogo de Doha” y el avance hacia nuevos acuerdos de coexistencia entre los dos países.
INCERTIDUMBRE
Ahora bien, si existe incertidumbre sobre la renovación de las licencias petroleras, la verdadera interrogante gira en torno a la estrategia que finalmente adoptará Washington en relación a Venezuela, puesto que de eso depende la decisión sobre las sanciones.
Un sector de la dirigencia política estadounidense aboga por el abandono de los acuerdos petroleros y geopolíticos negociados entre la administración Biden y el gobierno venezolano. Para apartarse de esta política centrada en una estrategia electoral y volver a plantear como objetivo un cambio de gobierno que implique una “caída y mesa limpia”, se utiliza como argumento la situación de inhabilitación en que se encuentra María Corina Machado. “Es un cierre total de todos los desafíos significativos a Maduro”, sostiene el diplomático Michael McKinley.
La posición política de este sector ha venido siendo acompañada por algunas agencias de prensa internacionales que promueven la no participación en el proceso electoral.
INDEFINICIONES
Frente a los partidarios de abandonar la estrategia electoral y romper los acuerdos petroleros suscritos por Washington y Caracas, la administración Biden ha mostrado indecisión.
Para la firma de los acuerdos de Barbados, Washington no insistió en la inclusión de un punto que comprometiera la habilitación solicitada por varios dirigentes de oposición. Posteriormente, a finales de noviembre de 2023, el gobierno de Noruega dio a conocer un mecanismo para abordar este asunto, en el que la oposición se comprometía a aceptar la resolución que tomara el Tribunal Supremo de Justicia al respecto.
A pesar de ello, en varias ocasiones, funcionarios de la Casa Blanca como Juan González declararon como si se hubiera llegado a un acuerdo de habilitación, lo que reflejaba un comportamiento contradictorio, consecuencia de las presiones de los senadores y funcionarios que se oponían tanto al acuerdo de Barbados como a la vía electoral.
ALTER EGO
En medio de este escenario de indefiniciones, un informe de Associated Press indica que en Washington persisten las dudas “entre expresar apoyo a Machado” o “mantener vivas las esperanzas de algún tipo de participación electoral”.
Una política de renuncia a la estrategia electoral de la administración Biden pudiera materializarse con la abstención en la inscripción de un candidato de la Plataforma Unitaria o mediante una modalidad de simulación a través de una candidatura avatar o alter ego.
Pero la Casa Blanca ha venido insistiendo en privado en la necesidad de que la oposición se una detrás de un candidato sustituto, con un perfil moderado que pudiera facilitar acuerdos de convivencia en el corto y mediano plazo.
SANCIONES
Como la política de la Casa Blanca avanza entre las contradicciones señaladas, es probable que opte por reintroducir algunas sanciones sin afectar completamente al sector petrolero, especialmente a Chevron y la Shell. Es importante tener en cuenta que la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica escasez de petróleo en los próximos meses y una caída en los inventarios globales, lo que podría ejercer presión al alza sobre el precio de la gasolina. Sin embargo, incluso si la reimposición de sanciones es limitada, se espera que las tensiones entre Washington y Caracas aumenten, lo que podría tener repercusiones en el proceso electoral.