Por Jesús Alberto Castillo
El pasado jueves 4 de mayo, en el Palacio Episcopal de Cumaná, Felipe Mujica, Secretario General Nacional del MAS, disertó ante un abarrotado auditorio sobre el complejo proceso electoral que se avecina en el país. Habló de la necesidad de agotar cualquier mecanismo de consulta, sin sectarismo, para escoger al candidato que mejor pueda unir a los venezolanos.
El dirigente político, con su estilo didáctico, hizo referencia a diversas experiencias, tanto nacionales como mundiales, que han demostrado cómo situaciones complejas en materia electoral pueden resolverse cuando se producen decisiones acertadas entre actores que no se toleraban.
Ejemplos como la concertación chilena entre socialistas y demócratas cristianos para acabar con la dictadura pinochetista, el acuerdo entre Adolfo Suárez y Santiago Carrillo para destronar a Franco y restablecer la democracia en España, entre otros episodios que desnudan la disposición y voluntad de los actores políticos para hacer posibles acuerdos que eran inimaginables.
En el caso venezolano recordó Mujica que todavía hay tiempo para resolver con madurez política el asunto electoral de la oposición por cuanto los escenarios son cambiantes, es decir, queda «mucha agua todavía que cruzar bajo el puente». Al respecto se refirió a las elecciones presidenciales de 1998 donde ganó Chávez, un candidato meses atrás tenía números desfavorables en las encuestas, mientras la candidata Irene Sáez con amplio favoritismo ni siquiera fue postulada oficialmente.
El vocero nacional del MAS fue enfático en hacer un llamado de reflexión al público presente sobre el gran reto que hay por delante para derrotar al oficialismo. No se trata de lanzar candidatos caprichosamente y, luego sean inhabilitados. El asunto es mucho más complejo y debe ser abordado racionalmente. Vale decir, reducir candidaturas con los mecanismos que se vaysn presentando para, finalmente, apostar por el candidato o candidata que pueda ganarle al gobierno. Desde esta visión, no descarta la figura del outsider.
Mujica precisó que el MAS está cumpliendo su papel de bisagra en la oposición, es decir, no está adscrito a ningún bloque de ese amplio sector político. Su misión es apostar a la unidad como garantía de triunfo. Aquí no se trata de competir por competir sino de ser victorioso para reconstruir al país con las mejores voluntades. Por eso la candidatura que viene pregonando el MAS es Venezuela.
El dirigente masista, para culminar su exposición, resaltó que el MAS ha colocado en el debate político su nueva narrativa denominada «La Venezuela que viene», orientada a la reconstrucción económica, política y cultural de un país con grandes oportunidades. Es tiempo de ver el futuro con mucho optimismo y romper con la polarización enfermiza que solo ha beneficiado electoralmente al gobierno y empobrecido a los venezolanos. Venezuela merece resurgir de sus cenizas como el ave fénix. Hay condiciones para ello.