«Europa ha sido calentándose más rápido que cualquier otro continente en las últimas décadas, con un aumento de las temperaturas que suplica la tasa media global». Esta es la principal conclusión del sexto y último informe El Estado Europeo del Clima (ESOTC, por sus siglas en inglés) 2022, publicado este jueves por el Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus, que destaca que gran parte de Europa sufrió intensas olas de calor, que los glaciares de los Alpes registraron una pérdida récord de hielo y que el verano del año pasado fue el más cálido desde que hay registros, con temperaturas 1,4 °C por encima de la media reciente.
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De acuerdo a reportes oficiales, el país ibérico estaría sufriendo de una ola de calor anómala con respecto a sus registros. En algunas partes de la nación, los termómetros superan los 30 grados.
Asimismo, en marzo, se registraron varios incendios forestales en Valencia. Mientras tanto, la vecina Cataluña padece de su peor sequía en décadas.
Los datos no son alentadores. El año pasado, Europa registró un calor sin precedentes y una sequía generalizada. El informe recoge datos que muestran el aumento de las temperaturas y la intensificación de los fenómenos extremos, así como varios eventos de récord, pero negativos, como que en 2022 se contabilizó la mayor cantidad de horas de sol y el segundo menor caudal en los ríos europeos.
Entre las conclusiones destaca que «Europa vivió el segundo año más cálido desde que hay registros» y que, debido a las olas de calor extremas de los meses estivales, «el sur de Europa registró el mayor número de días con ‘estrés térmico muy fuerte’ jamás registrado». También se observa una tendencia a la baja en el número de días «sin estrés térmico».
Según ha valorado el director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Carlo Buontempo, «el informe destaca los alarmantes cambios de nuestro clima, entre ellos el verano más caluroso jamás registrado en Europa, marcado por olas de calor marinas sin precedentes en el Mar Mediterráneo y temperaturas récord en Groenlandia. Comprender la dinámica del clima en Europa es crucial para nuestros esfuerzos de adaptación y mitigación de los efectos negativos del cambio climático en el continente».
Globalmente, «los últimos ocho años han sido los más calurosos desde que hay registros», reza el informe. En Europa, las temperaturas «están aumentando al doble de la media mundial, más rápido que en cualquier otro continente», sentencia.
Mauro Facchini, responsable de Observación de la Tierra en la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio de la Comisión Europea, ha señalado que «el último informe de síntesis del IPCC advierte de que se nos está acabando el tiempo y que el calentamiento global está provocando fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos, como es el caso de Europa».
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El informe confirma que Europa es el continente que más rápido se está calentando, y advierte de que en España y en otros países mediterráneos -zona de mayor vulnerabilidad en las previsiones climáticas- «es probable que la disponibilidad de agua siga por debajo de la media» en los próximos meses.
El aumento de la temperatura es un importante indicador climático y pone de manifiesto el cambio climático en Europa. Según estos datos, «la temperatura media europea del último periodo quinquenal se situó en torno a 2,2 °C por encima de la era preindustrial (1850-1900)», cuando el objetivo fijado en el Acuerdo de París de 2015 estableció no superar los 2 °C e intentar limitar el incremento a 1,5 °C.
2022 fue el segundo año más cálido registrado en el Viejo Continente, ya que la temperatura estuvo 0,9°C por encima de la media reciente (en relación con el periodo de referencia 1991-2020). Además, el verano pasado fue el más caluroso jamás registrado en Europa, con temperaturas 1,4 °C por encima de la media reciente.
Ahora tenemos una nueva normalidad climática, que es la del calor, con temperaturas por encima de la media, y la ausencia de precipitaciones en España»
A la doctora en Físicas y responsable de Meteorología de eltiempo.es, Mar Gómez, no le sorprenden los resultados del informe. «Confirma que el verano pasado fue excepcionalmente cálido y la tendencia de los últimos años con las temperaturas en aumento, evidencia el cambio climático que estamos viviendo». «Ahora tenemos una nueva normalidad climática, que es la del calor, con temperaturas por encima de la media, y la ausencia de precipitaciones en España», agrega.
Entre las previsiones que manejan para este verano, por ahora auguran un verano «mucho más cálido de lo normal, bastante similar al del año pasado o incluso peor», advierte. Cuenta Gómez que no le gusta transmitir pesimismo pero cree que es «complicado» no superar el 1,5 ºC «porque las medidas de acción han llegado muy tarde y se están implementando muy lentamente».
Sequía: falta de lluvia y nieve
La escasez es otro de los acontecimientos más significativos. Según los datos recabados por los observadores europeos, durante el invierno de 2021-2022, gran parte de Europa experimentó menos días de nieve que la media y muchas zonas registraron hasta 30 días menos. Además, el caudal de los ríos europeos fue el segundo más bajo registrado. Dicho de otra forma: un 63% de los ríos europeos tuvieron caudales inferiores a la media.
Los países mediterráneos, particularmente España, ya sufren estrés hídrico y, a menos que se dé una importante recarga de precipitaciones en primavera, «es probable que la disponibilidad de agua siga por debajo de la media en los países del sur de Europa» en los próximos meses, según Burgess. «El agua es un bien finito y quizá no hemos sido lo más eficaces en su gestión. Tenemos que adaptarnos a las condiciones climáticas actuales, en las que la disponibilidad de agua es menor que en el pasado», ha advertido.
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«En primavera, las precipitaciones fueron inferiores a la media en gran parte del continente, y en mayo se registraron las precipitaciones más bajas desde que hay registros para ese mes. La falta de nieve invernal y las altas temperaturas estivales provocaron una pérdida récord de hielo de los glaciares de los Alpes, equivalente a una pérdida de más de 5 km³ de hielo», reza el informe.
Preocupación por el Ártico
En especial, preocupa el Ártico, cuyo clima está experimentando cambios drásticos y cuyas temperaturas aumentan mucho más rápido que en la mayor parte del resto del planeta, con 3 °C más que la media de la era preindustrial, frente al calentamiento global de 1,2 °C. Cabe recordar que cuando menor sea la capa blanca de hielo de los polos, que funcionan como un refrigerador del planeta, más aumenta la temperatura. Además, la superficie marítima y terrestre acumula también más calor al reflejar menos radiación solar.
Según Copernicus, 2022 fue el sexto año más cálido registrado en el Ártico en su conjunto, y el cuarto año más cálido en las zonas terrestres. Una de las regiones más afectadas fue Svalbard, que vivió su verano más cálido jamás registrado, con temperaturas que en algunas zonas superaron en 2,5 °C la media.
Groenlandia también experimentó en 2022 condiciones climáticas extremas, como un calor excepcional y lluvias en septiembre, una época del año en la que la nieve es más habitual. Las temperaturas medias del mes fueron hasta 8 °C superiores a la media y la isla vivió tres olas de calor. Esta combinación provocó un deshielo récord, que afectó al menos al 23% de la capa de hielo en el punto álgido de la primera ola de calor
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El informe también examina algunos aspectos de las energías renovables, alternativa a los combustibles fósiles para la reducción de las emisiones de gases de efectos invernadero, principal causa del calentamiento global. En este sentido, la mayor cantidad de radiación solar en superficie de los últimos 40 años, recibida en 2022, resultó en un potencial «superior a la media» de generación de energía solar fotovoltaica en Europa.
Respecto a qué pasará el 2023, la directora adjunta del C3S, Samantha Burgess, señaló durante la presentación del informe que aunque no se puede afirmar que los europeos sufrirán más calor este año, sí se sabe que a mayor contracción de gases de efecto invernadero en la atmósfera (+2,4 % de CO2 en 2022) más probabilidad de que haya más años cálidos.