Hace una semana Nazareth Marín participó en una actividad deportiva en La Guaira con sus compañeros de trabajo, allí conoció a unas personas con las que rápidamente entabló amistad.
Confió, y decidió ir a la playa al día siguiente con sus nuevos amigos. Esa fue la última vez que sus familiares la vieron con vida. Ese domingo desapareció, el jueves 23 de marzo, su cadáver fue localizado flotando, la autopsia reveló que había sido abusada sexualmente y estrangulada.
La noche de ese mismo jueves, en la Península de Paraguaná, estado Falcón, la pequeña Alexandra Xaviela Padilla Córdoba, de siete años de edad, dormía en su casa. Fue sacada por una ventana por un sujeto a quien su familia había dado alojamiento.
El cuerpo de la niña fue localizado la mañana siguiente. También fue abusada y asesinada a golpes.
Estos son apenas dos casos de los femicidios ocurridos la semana comprendida entre el 19 y el 26 de marzo de este año.
El escalofrío
Las historias de violencia contra mujeres se continúan repitiendo con pasmosa y escalofriante regularidad. Cada semana se reportan abusos sexuales, maltratos y femicidios.
Entre mayo de 2017 y febrero de 2023, el Monitor de Víctimas recopiló datos que revelan que al menos 315 mujeres fueron objeto de muertes violentas en Caracas. La principal causa de estas muertes fue la violencia por razones de género, que cobró la vida de 83 mujeres.
Pero la cifra puede ser mucho mayor, ya que algunos especialistas consideran que asaltos, riñas y venganzas podrían tener ingredientes sexistas. En ese período se identificaron al menos 59 víctimas mortales en robos, 34 asesinatos en supuestas venganzas y 31 muertes en riñas.
Estas cifras nos indican que al menos 83 mujeres fueron asesinadas por violencia de género, pero la cifra podría ascender hasta los 217 femicidios, 70% del total de las muertes si tomamos en cuenta las observaciones de los especialistas.
Según el informe mensual del grupo Utopix, en los dos primeros meses de este año ha habido un total de 30 casos de femicidios en todo el país, con 13 incidentes registrados en enero y 17 en febrero.
Susceptibles de violencia solo por ser mujeres
La profesora Ofelia Álvarez representante de Fundamujer, alerta que las mujeres están en la mira de todos, “parece que nuestro cuerpo, sin importar la edad, nos hace susceptibles a ser víctimas de la violencia”.
“No se salva ninguna; desde el piropo, la persecución en la calle, acercamientos no solicitados y toques, hasta la violación y el asesinato, pero lo realmente grave es que en la mayoría de los casos los perpetradores eran conocidos de las víctimas. El simple hecho de conocer a alguien nos convierte en víctimas potenciales”, asegura.
Alerta que Venezuela está ante una ola de violencia silenciosa, que no se conoce, está puertas adentro de miles de hogares, oficinas o gimnasios. Esa violencia sin sangre ni grandes titulares golpea a miles de niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y mujeres mayores.
Organismos no preparados
En nuestro país la violencia física, sexual y emocional es común y eso, aunado a la falta de respuesta de gobierno e instituciones, a menudo hace que las víctimas de violencia de género no reciban la ayuda y la protección que necesitan.
Sabemos que hay miles de mujeres que viven al borde de que les ocurra algo y nos preguntamos ¿qué pasa con las policías, los órganos receptores de denuncias, sobre todo de los policiales?
Al respecto Álvarez señala: “Los policías necesitan capacitación permanente, no una charla a la que van obligados, a muchos no les importa lo que les dicen, en el mejor de los casos la mitad se medio sensibiliza, muchos quedan con su idea machista fija, no cambian nada”.
“La capacitación debe ser sistemática y evaluada porque debemos derribar constructos, estereotipos y creencias sociales falsas acerca de los roles que han aprendido; a veces encontramos que las respuestas oficiales son tan graves que no llegan a tomar la denuncia, le dicen a las víctimas váyase, no le dan ni un número ni nada y a veces esa falta de acción termina en femicidio”.
Luto permanente en los hogares
Por su parte Orlanys Barrera, vocera del colectivo En Tinta Violeta, se define como una defensora de la cultura de la paz, “pero también de fomentar la cultura de la denuncia para atacar la ola de violencia que afecta a las mujeres”.
“Debemos trabajar para desmitificar los roles de género desde la casa, el colegio, que los espacios de trabajo sean seguros, que contemos con espacios de resguardo para las mujeres; deben existir campañas comunicacionales obligatorias para atacar este flagelo, debemos contar con informaciones que tengan perspectiva de género, solo así estaremos dando los pasos en el sentido indicado.
Aunque considera que en Venezuela se está haciendo un esfuerzo por mitigar este flagelo, es insuficiente lo que se hace. “No basta con un par de ruedas de prensa y un poco de visibilización, son necesarias políticas públicas concretas creadas por especialistas en el área”.
“Es fundamental educar, la educación tiene y debe ser una prioridad, si queremos ciudadanos debemos formarlos; gente es cualquiera, pero ser ciudadano implica comprender que no se trata de una lucha del feminismo, sino que es de todos”, comentó la activista.
“Hay una deuda enorme con los sobrevivientes, muchos hogares están de luto permanente por no tener el temple y el apoyo para hacer valer la ley. No miento cuando digo que hay sectores muy dispuestos, pero eso no basta, es necesario hacer más… Si no lo hacemos la Ley es letra muerta”, concluyó.