Un grupo de saboteadores cruzó este jueves la frontera con Ucrania e irrumpió en la provincia rusa de Briansk, matando a dos personas e hiriendo a un niño de 10 años.
La unidad que se responsabilizó de la incursión, calificada por el presidente ruso, Vladímir Putin, de «acto terrorista», es el Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK, por sus siglas en ruso) en cuyas filas figuran rusos que luchan del lado de Ucrania.
La RDK lanzó un video en sus redes en el que aparece Denís Nikitin, un neonazi con un amplio abanico de conexiones internacionales. En la grabación el extremista insta a los rusos a pasarse a las filas del Ejército de Kiev, al tiempo que aseguró que ellos no atacan a civiles, sino solo a soldados rusos.
Con el aval de Kiev
El diario británico The Financial Times entrevistó al extremista, quien admitió que la incursión se realizó con el aval de Kiev, ya que (sostuvo) de no haber sido así, él y otros saboteadores habrían sido «destruidos».
«Sí, claro, la acción fue acordada, de lo contrario no habría sucedido. ¿Cómo imagina que pasé por la oscuridad de la noche allí? Hay puentes minados, hay cámaras, drones buscadores de calor, hay puntos de observación abiertos ocultos», señaló Nikitin.
Sus declaraciones contrastan con la versión del asesor del jefe de la Oficina presidencial ucraniana, Mijaíl Podolyak, quien definió la irrupción como «una clásica provocación deliberada» de Moscú.
Mientras, el portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, señaló el jueves que el organismo «no está en posición de verificar» las versiones ofrecidas por Rusia y Ucrania respecto a lo ocurrido.
‘Hooligan’ futbolero
Nikitin, de 39 años, de apellido real Kapustin, nació en Rusia, pero en 2001 su familia se mudó a la ciudad alemana de Colonia, supuestamente como refugiados bajo la cuota judía, recoge el canal alemán NTV. Fue en Alemania donde Nikitin se interesó por las artes marciales y se introdujo en los círculos de los hinchas ultras del fútbol.
Unos años después, el radical volvió a Rusia, donde se puso en contacto con los ultras del famoso club moscovita CSKA y participó en las peleas callejeras de los hinchas, que por aquel entonces estallaban a menudo. Sin embargo, no fue el deporte lo que atrajo a Nikitin.
«No me gusta el fútbol, me gustan las palizas. No puedo nombrar a ningún jugador, no conozco la historia del club, apenas pude encontrar el estadio», relataba en 2017 en una entrevista con el portal de ultras ucranianos TroubleMakers. El material fue eliminado casi inmediatamente tras su publicación, pero sigue guardado una versión de archivo.
Tras regresar a Rusia, Nikitin mantuvo conexiones con los ultras alemanes. Cuando visitaba Alemania, luchaba al lado de los hinchas del club FC Köln. En 2014, la Policía local abrió una causa penal contra el extremista, que figuraba entre los sospechosos de golpear a un seguidor del club Schalke 04. Los litigios duraron hasta 2017, pero se desconoce el veredicto para Nikitin, quien aboga por «la supremacía de la raza blanca sobre los monos [como denomina a los individuos de otras razas]», recoge el portal ucraniano Zaborona.
Marca de ropa con simbología nazi
Nikitin pasó por distintos trabajos, desde el sector de la limpieza hasta guardia, reportaba el diario Kommersant. Sin embargo, en 2008 logró montar su propia marca de ropa, White Rex, que se distribuyó principalmente entre hinchas radicales de fútbol y que lucía símbolos nazis. El elemento central del logo se usaba en la Alemania nazi y hoy también lo lucen seguidores del neonazismo.
Torneos de artes marciales mixtas
En 2011, Nikitin amplió sus negocios y empezó a organizar los torneos de artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés). A los certámenes organizados por el White Rex se invitaba solo a representantes de «raza blanca», entre los que casi no había profesionales. «Quería reclutar a nuevos atletas y arrastrarlos a nuestra órbita ideológica», contaba Nikitin. Además, señalaba sus eventos atrajeron la atención de agentes de la unidad antiextremista de la Policía rusa que seguían de cerca sus actividades. Nikitin acentuó que su empresa no hacía «nada ilegal» y descartó reportes sobre su extremismo.
Posteriormente, Nikitin expandió los torneos hasta las repúblicas soviéticas. En Ucrania, por ejemplo, tuvo éxito, pero en Bielorrusia casi fue arrestado. Sin embargo, siguió con la expansión de su imperio deportivo en Occidente.
El neonazi desarrolló muchos contactos en Europa y trabó amistad con los miembros de CasaPound, un grupo neofascista italiano que considera al dictador Benito Mussolini como su líder ideológico. Con la ayuda de CasaPound, Nikitin organizó torneos de la MMA en Roma.
Por otra parte, Nikitin organizó torneos ‘Kampf der Nibelungen’ (Lucha de los Nibelungos), al tiempo que mantenía contactos con el Partido Nacional Democrático de orientación neonazi y con su ala juvenil. Entre otros países, White Rex realizó eventos similares en Finlandia, República Checa, Rumanía, Francia y Grecia. Asimismo, Nikitin llevó a cabo talleres de la MMA para grupos nacionalistas en el Reino Unido y Suiza.
Algunos grupos antifascistas sostienen que, además de organizar torneos deportivos, Nikitin financió a neonazis, en particular sus festivales de música. Todas estas actividades hicieron que Nikitin se convirtiera en «una figura clave entre los extremistas de extrema derecha en Europa», anota Robert Claus en su libro.
Afincado en Ucrania
Fue en octubre de 2017, cuando Nikitin se mudó a Ucrania tras ser declarado persona non grata, tanto en Rusia como en la mayor parte de Europa, por protagonizar peleas entre hinchas rusos e ingleses en la ciudad francesa de Marsella durante la Eurocopa 2016. En aquel entonces, se inauguró el Club Reconquista, que recibe su nombre de un movimiento homónimo que busca ‘reconquistar’ la influencia de Ucrania en Europa. El club funcionaba como un restaurante, pero los viernes acogía todo tipo de combates de la MMA, de los que se encargaba Nikitin.
En mayo de 2018, el fundador del movimiento radical estadounidense Levántate (RAM, en inglés), Robert Rundo, peleó en el Reconquista. Tres meses después Rundo (que quedó tan fascinado por Nikitin que, según reportes, se acabó haciendo un tatuaje con el logo de su marca), fue detenido en EEUU por participar en un mitin de supremacistas blancos en la ciudad de Charlottesville. El FBI tildó al grupo de «extremista» y reveló que Rundo conoció a miembros del batallón de Azov, calificado por la agencia estadounidense como «grupo neonazi paramilitar».
Por otra parte, una integrante del partido nacionalista ucraniano Cuerpo Nacional confesó que Nikitin le ayudó a establecer contactos con neonazis italianos y alemanes. Tras organizar el último torneo deportivo a finales de 2019 en Kiev, Nikitin desapareció del radar, aunque hubo reportes no confirmados de que tenía problemas legales en el país.
Fue a raíz del estallido del conflicto entre Moscú y Kiev, cuando el extremista ‘resucitó’ en las filas del Cuerpo de Voluntarios Rusos. En una entrevista Nikitin habló sobre su motivación de participar en el conflicto al lado de Kiev. «Si Rusia para los rusos se redujera al tamaño de Moscú, a la provincia [de Moscú] o hasta su parte europea, esto me parecería bien. Aquí nuestros intereses coinciden con los de nacionalistas ucranianos», dijo.