La pianista y compositora venezolana Sylvia Constantinidis, hace un gran aporte para la música venezolana y latinoamericana al haber lanzado el disco “Venezuelan Modernism”, el cual ha recibido excelentes críticas en EEUU y Europa, dedicado a las obras musicales con marcada influencia de las tendencias del modernismo del siglo XX, como el impresionismo, el abstraccionismo temprano, el nacionalismo y el fauvismo o colorismo descriptivo. Ojalá y todos los solistas hicieran este tipo de repasos por los movimientos artísticos y llevarlos al público para su disfrute y aprendizaje, en este caso en un formato discográfico.
El álbum incluye obras de autores trascendentales para el desarrollo de la música venezolana, entre ellos Moisés Moleiro, Modesta Bor, Aldemaro Romero, Evencio Castellanos, María Mercedes Asuaje de Rugeles y una obra de la propia Constantinidis. Se trata de la décima producción discográfica de su catálogo, quien además nuevamente asumió el rol de productora artística y ejecutiva de este nuevo disco en formato digital, grabado en el Steinway Hall de Miami, para la Serie Latinoamericana de producciones discográficas del sello Guinima-Media Label.
El disco que ha permitido que en EEUU y algunos países de Europa conozcan más acerca de la riqueza musical venezolana puede ser escuchado en la radio online de Sylvia Constantinidis: www.SylviaConstantinidis.com/Radio
En su carrera artística, Constantinidis también se ha dedicado a la labor de Musicología colaborando en la creación de un espacio permanente para la música latinoamericana. Este trabajo discográfico refleja el estudio concienzudo y la interpretación artística y de estilo de estas obras maestras del repertorio venezolano. Interesante además, que en este CD ella resalta la labor de la mujer en la composición Latinoamericana con la inclusión de tres maestras venezolanas: Modesta Bor, Ana Mercedes Asuaje de Rugeles y la propia Sylvia Constantinidis.
Con esta producción, la artista nacida en el estado Nueva Esparta y radicada en EEUU, demuestra su impecable técnica como pianista y su enorme capacidad interpretativa, reviviendo la música de algunos de los más importantes compositores venezolanos del Siglo XX, cuya música refleja la enorme diversidad y riqueza musical de Venezuela. Al mismo tiempo es una forma de rendirles homenaje y de mostrar su importancia para las nuevas generaciones.
El disco abre en forma magistral con «El Negro José” del gran Aldemaro Romero y allí vemos el lenguaje pianístico de la maestra Constantinidis en plena acción, sonando con colorido al ritmo del joropo con colores de Onda Nueva. Si hay un género con el que esta pianista margariteña se sabe defender muy bien es el que abarca los valses y de cualquier país, en este caso podemos disfrutar de la forma en cómo pulsa las teclas para recrear el hermoso valse de Evencio Castellanos, titulado «Mañanita Caraqueña».
Al incluir «Canción Para Una Niña Desvelada” de Ana Mercedes Asuaje de Rugeles, la maestra Constantinidis no solo nos deleita con la interpretación de esta hermosa pieza, también cumple con una labor sumamente importante de rescate y difusión de obras que han sido olvidadas por muchos, en este caso de una importante compositora venezolana.
La pianista luego hace un repaso por la obra de Moisés Moleiro de una forma impecable y con un sonido lleno de colorido, al interpretar «Estampas», «Canción de Cuna», «Sonatina» y cierra el segmento con el famoso «Joropo” que le dio tanto reconocimiento a este gran compositor venezolano. Todas estas piezas se vuelven contagiosas y terminan convirtiéndose en uno de los momentos favoritos de todo el disco.
Digna de ovaciones es la interpretación de la “Suite Criolla” de la entrañable Modesta Bor, dividida en tres movimientos: Allegro, Canción y Danza. Una vez más Constantinidis le da el sitial de honor que merece a las compositoras venezolanas, haciendo otro trabajo de rescate y promoción, porque es música que debería estar presente en todos los pensum de los conservatorios y academias venezolanas.
Constantinidis cierra el track list del disco con sus “Impressions” I y II, escritas por ella misma en los años 90 y de marcada tendencia impresionista, dándole un toque más contemporáneo al repertorio. Aunque es una obra temprana de su carrera, igualmente muestra tantos sus habilidades compositivas e interpretativas. Es el colofón perfecto para el disco, porque es el ingrediente que faltaba en el contenido de un disco lleno de diversidad cultural.